lunes, 19 de julio de 2010

Diario de hotel. (II)

Me senté en el escritorio y me encendí un cigarro, el calor era un poco asfixiante, pero ya me había duchado una vez; ¿Qué mas quieres, mundo? Las coca colas se estaban enfriando en el mini bar, aun no estaban frías, pero yo sí que estaba impaciente. Abrí una y pensé en mi día...

"Miré con cara de ganas de matar a aquella mujer. Ambos estábamos recién levantados, pero ella tenía peor despertar, seguro. Iba de azul con un ridículo pañuelo y una sonrisa condescendiente muy ensayada y muy poco creíble. La odié un poquito; pero supongo que cuando pasas 8 horas dando los buenos días a la gente, a veces dejan de ser buenos. Despues de carreras hacia todas partes para llegar tarde a todos sitios, me dormí y aparecí en Vigo. Asientos en posición vertical,no se desabrochen el cinturón, la temperatura es de dieciséis grados, bla...bla...bla...
A los pocos minutos, descubrí junto a un amable empleado de la compañía, que por paradójico que pareciese, mi maleta se había ido conmigo a Vigo, pero yo estaba en Vigo, y mi maleta no. Firmé con una sonrisa lo que algunos hacen con gritos, y me fuí a esperar un autobús que me llevase.
Tenía una bolsa de patatas fritas, un sol de justicia, aire libre, un portátil y un paquete de tabaco.
Me tumbé en el suelo y esperando a un autobús que no llegaba lo ví claro, como si hubiese estado ahí el secreto y yo no hubiera sabido simplificarlo nunca. Tenía los secretos de mi felicidad en una mochila, con todo menos a tí, que te llevaba en foto, y pensé que esa maleta se quedó en madrid, para que perdiese un tren, para que acabase en Vigo, y para que pudiera echarte de menos, dejándo caer una lágrima en el rompeolas del faro rojo. Y todo pasa por alguna razón, y yo existo para escribir, existo para morir, existo para transmitir, existo para comunicar, y existo para amarte sin reservas."


"Quien teme el sufrir ya sufre el temor"

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