Una pastilla de jabón envasada con logotipo,
hilo dental y un peine en la bandeja del servicio,
¿Dónde está el glamour de todo ésto?
se quedó en facturación, o en la cola de embarque del aeropuerto.
Una vida entre andenes, y de vaivenes,
ganas una hora, pierdes una hora, todo en este quién en quien en ciernes,
todos te suenan, todos son gente,
todos dan igual y nos sentimos diferentes...
Atrapado entre pasillo y ventanilla maté un libro,
que hablaba de un principio y de un final y de un camino,
y me rompí por dentro en pedacitos,
pensando en lo que dejo, en lo que espera, en lo que se viene conmigo,
tiritas para el alma y cigarrillos,
una escupidera de diseño para aguantar el destino,
y algo de dinero y unos vinos,
y algo de que hablar por no pensar y ver el sol de los domingos,
y en la caja de lata del pecho,
que parecía estar ya hueco,
el eco de un sonido pasajero,
devolvió el funcionamiento de ese viejo compañero,
de sorpresa y con pudor, por error y por acierto...
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