jueves, 18 de abril de 2013

O no diciendo una mierda.

Con luces y con sombras y un cigarro entre los dedos,
penumbra en la memoria y humo negro,
pensar en no pensar, y volver hablar del tiempo,
el estómago revuelto,  y la boca en carne viva.
la maleta y la partida, 
y que la paz vuelva a jugar en esta liga,
de partidos que no acaban, y de mierda que no seca y nada alivia,
y la boca en carne viva, de los dientes y los labios,
del tridente y el establo, de un secreto de sumario,
y las manos cuarteadas, del contacto con la realidad de canto,
la espera, y la ira, no son buenas consejeras,
madrigueras de conejos para reventar con piedras,
y la boca en sangre seca, y una mueca,
y el silencio huele blanco, y magenta en las arterias,
fotos sepia en un diario, caminar por carreteras,
divagar por unas líneas discontinuas que navegan,
entre muros y mareas, y que mueren en la arena,
del castillo de mi nube, donde rugen las almenas,
y un temblor bajo las piernas, que te rompe las rodillas,
por caminar de puntillas, para no gastar las suelas,
ahora cuento mis costillas, buscando de noche a Eva,
diciendo sin decir nada, o no diciendo una mierda.

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