sábado, 25 de octubre de 2014

El bar de las seis

El bar de las seis.

Estas líneas son sencillamente lineas, y absolutamente mías,
Tú nunca sabrás de su existencia, como nunca sabrás lo que hago,

Entre tragos y pasos, generamos algo, auténtico, real, y despiadado,
Es lo que ocurre cuando vives en la nube de la magia del momento,
Del sentimiento fugaz del encuentro, de la resaca de los besos,
por la embriaguez de recuerdos, se hicieron espinas, nuestros huesos.

Por el miedo, a una realidad enfadada con nuestros sueños,
Nos encerramos en ellos, y lo vivimos, lo creímos, podía ocurrir.
Y nunca debimos encontrarnos fuera de ellos.

Anoche tuve delante a esa mujer que bailó sobre mí, a la que supo qué teclas tocar,
y hacer sonar la canción del da igual lo que esté por venir,
Pero bailaba delante de mí y no conmigo,
y el mundo no tiene sentido, si a mi edad tengo que hacerme pasar para ti, como un desconocido.
Y reír, y bailar, y hablar tanto de nada y girarme y están de soslayo tus ojos clavados en mí.
Ven ahora mismo, o date la vuelta y tú sigue, que yo me marcho de aquí.
No miraré tu crimen, no haré fotos del destrozo, no le daré importancia mañana cuando estemos solos.
Pero ambos sabemos, que anoche, fue el principio del fin.


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