jueves, 4 de septiembre de 2014

Madcelona.

Miré a mi alrededor antes de hacerme las maletas,
neones y luces ultravioletas, lloran lágrimas de cera,
y alejado del hotel de tus estrellas,
la ciudad condal me brinda una sonrisa de madera,
ahí te dejo Barna aunque me duela, 
con el cariño y la sorpresa,
de haber hecho un sitio grande a mis duquelas,
con buenos ratos, algún roto, focos y doncellas,
ahí te dejo Barcelona, pero volveré si esperas,
avenidas y ramblas se quedan, 
en el vaivén de enredaderas,
de las vías del ave que ahora me lleva, 
a casa si es que tengo, o al hogar si éste me aguarda,
un sitio entre paredes y la calma de mis mantras,
un trago al suelo para tí,
un brindis por mi estancia y un chupito en cuanto ponga los pies en madrid,
en mi cuidad emperatriz,
no me espera una playa, pero no me hace falta si estoy aquí.

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