Con un blues en la cabeza y un pitillo,
el corazón en un bolsillo,
el tornillo que me falta y un mechero,
largas horas hasta el alba para llenar ceniceros,
y el saber desconocer lo conocido,
prosigo.
Con una bata de carne y una sangre que hace vino,
lo crudo de este presente, es que es presente dañino,
unas gafas de ojos verdes, y morado para hundirlos,
lo que era brillante en ciernes, es un sitio ahora maldito,
y un proscrito, y una montaña de escritos,
una maraña de cañas que se ensañan en pudrirlos,
un mar de intenciones grandes,
con fatídicos destinos,
mil intentonas en balde,
para el mismo desafío,
no confíes, no confío,
no me mires, no te miro,
no me toques que hago daño,
no me beses porque pincho.
cuando todo lo que tocas se transforma en un delito,
y decir lo que no debes es sacrílego y repito,
no lo mires, no lo toques, no quieras saber que hay dentro,
de la caja de pandora del lamento, de héroes y monumenos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario