lunes, 31 de mayo de 2010

Yeah.

Escuché el eco de la voz en la habitación sin muebles. Siempre hubo los mismos, pero de alguna manera había creado una colocación genial, espaciosa, solitaria y carcelera. Cojonudo. Me dispuse a escribir en mi portátil y cogí un cigarro. No tardé mucho en darme cuenta de que estaba solo, y me gustó. Soy un adicto a la soledad, y la coca cola. Sólo me faltaba un detalle, hierba.
Busqué en el cajón y encontré una bolsita abandonada, pero recordada. No soy un fumador social, no fumo en fiestas, no fumo en bares ni en parques, soy un sibarita de la droga. Papel de arroz, tabaco 10% natural y hierba 100% orgánica. Es como fumarse una ensalada, y te sientes mas sano. Pero apenas fumo, es para una de tantas cosas para las que soy inconstante, me temo que no soy un buen yonki de la droga convencional. Me gustan las adicciones, los vicios, los hobbies, los pasatiempos y el juego. Los yonkis hablan de la droga como una enfermedad y no como un vicio. Yo hablo de coca cola y patatas fritas y lo llamo vicio, enfermedad y amor duradero, del destructivo, del que te acompaña muchos años. Como una mala novia, la amas, y cada vez que toses, meas o eructas te jodes de amor por ella en un imenso placer autodestructivo y genial, como tirarte de cabeza a un charco y verte la cabeza abierta sabiendo que tienes lo que quieres. Como dios...
Y decidí escribir sobre las drogas mundanas, sobre las aceptadas y las comunes, como el amor, el sexo, el juego, las patatas fritas o la autocompasión. Y lo ví claro, amaba mi portátil, amaba la cancion Have Love Will Travel de los Sonics sonando en mi habtación vacía, y amaba escribir memorias en presente, o narrar el pretérico cuando aun estaba suceciendo. Y amo escribir, por encima de todas las cosas, para decir sin decir, o decir nada y quedarme, sentado, dejando el canuto en su cenicero, como si me la sudara el mundo, y le dí a Publicar Entrada, y me fui a mear, eructando, por que me encanta.

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