Me giré en la cama y ví mi situación como algo lamentable. La mano izquierta apoyada en la pared y la pierna derecha caía del catre al suelo como muerta. En un primer momento había usado la táctica del ancla, buscando puntos de apoyo para que no girase la habitación. La pintura aún apestaba y tenía la certeza de que estaba jodiendola con la mano. Pero tenía otras cosas para pensar... abandono, alcohol, sexo, amor. Energías reciclables. En algún momento había quitado las sábanas para que no se mancharan, y hubiera preferido dormir con pintura que intentarlo sobre el áspero cubrecolchones, una funda azul con algun tipo de flores diseño intemporal que yo odiaba a muerte. Y lo ví claro. Necesitaba un cambio. Me levanté al cabo de unas 3 o 4 horas, la borrachera se había ido dejando paso a la fotosensibilidad. Y pensé, en mí, en ellas, en ellos, en todos, y luego en escribir.
Un blog, ¿una ventana para cambiar la percepcion de las cosas y mejorar como persona, o no mejorar y además jactarse de una senda de perdedor de la que estoy tremendamente enamorado?
Si no puede hacerte daño, no te hará feliz.
Bienvenidos a las realidades aplicadas.
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