Estaba todo roto ahí fuera,
los sueños se oxidan entre enredaderas,
mientras una realidad se pega con una certeza,
y el estómago amagó sacar fuera toda la mierda,
que bajó del corazón a sus tinieblas,
bombeando sangre negra,
y las alas se despluman con el viento,
que de tanto movimiento ya es perpetuo,
y un sinfín de golpes secos al cemento,
y los pájaros murieron contra el suelo, atrapados en el tiempo,
un reloj sin manecillas y una brújula sin puntas,
que por apuntar señalan, y por ego se masturban,
y una guerra que es del cielo y unos daños que se juntan,
y los baños de agua tibia de las lágrimas abundan,
en un mundo que se rompe por orgullo de unos dioses,
que ente rayos y tormentas se medirán los bigotes,
no habrá un sólo barco a flote, cuando acabe la contienda,
porque luchar sin amor, es un potro sin riendas,
es un pollo sin cabeza,
es un juego de derrota,
y sólo gana la afrenta.
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