martes, 11 de junio de 2013

El que sepa entender que entienda, porque yo no entiendo nada.

Estaba todo roto ahí fuera,
los sueños se oxidan entre enredaderas,
mientras una realidad se pega con una certeza,
y el estómago amagó sacar fuera toda la mierda,
que bajó del corazón a sus tinieblas, 
bombeando sangre negra,
y las alas se despluman con el viento,
que de tanto movimiento ya es perpetuo,
y un sinfín de golpes secos al cemento,
y los pájaros murieron contra el suelo, atrapados en el tiempo,
un reloj sin manecillas y una brújula sin puntas,
que por apuntar señalan, y por ego se masturban, 
y una guerra que es del cielo y unos daños que se juntan,
y los baños de agua tibia de las lágrimas abundan,
en un mundo que se rompe por orgullo de unos dioses,
que ente rayos y tormentas se medirán los bigotes,
no habrá un sólo barco a flote, cuando acabe la contienda,
porque luchar sin amor, es un potro sin riendas,
es un pollo sin cabeza,
es un juego de derrota,
y sólo gana la afrenta.

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