"Esperando en el andén de un tren que sabe que no pasa,
deambula entre los bancos de madera de un invierno que desgasta,
hace tiempo fue princesa de su casa,
hace tiempo que hace tiempo en la estación del porvenir y se retrasa,
morena y rizadísima melena,
abrigo largo y botas desgastadas en las puntas y en las suelas,
delgada y delicada y de una triste pero insólita belleza,
y la mirada de una niña y una vieja,
y anochece y entristece ver cargar con la maleta,
y tropezar hasta la puerta de salida donde nadie la recoge ni la espera,
mañana será otro día en esta tierra,
y aquella princesita volverá a esperar el tren hasta que venga."
"De pelo negro duro y encrespado,
mirada de cachorro y un andar de perro viejo, tan cansado,
y a la puerta de su casa cada día,
espera con paciencia a que regrese el motivo de su alegría,
rascando la madera bajo el pomo,
y astilla tras astilla van quedando pedacitos en el pelo de su lomo,
fiel y de por vida darlo todo,
a un dueño que no pudo regrsar aún, y espera verle pronto,
y cada noche le verás en el felpudo de la casa,
guardando del hogar vacío, necio pero recto en su constancia,
y la paciencia del querer es tan inmensa,
que allí estará esperando hasta el final, hasta la muerte, hasta la vuelta."
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