martes, 18 de septiembre de 2012

Polaroids.

Me até a la perra al cinturón y cogí la guitarra. Siempre me había preguntado cómo acababa la gente tocando en la calle con sus mascotas, y ahí lo tenía. Hace unos meses no había guitarra y hacía unas horas tampoco había perra. No era mía. No sabía su nombre, pero yo la llamo perra Drama. Negra y flaca y con esos ojillos tristes impregnados del saber oculto de los perros. Yo soy de gatos. Busqué una púa en la cartera roída y allí la vi, lo mas bonito de Madrid, lo mas bonito a lo que había puesto la mano encima, para lo mejor y lo peor, Madrid, música, y un paseo por el pasado.

Una foto en blanco y negro de instantáneas de la época,
mirabas a otro lado y aun tenías cara de ser buena,
y ganas de apagar las penas,
callando a la conciencia,
jugar a la desobediencia con un par de aceites y unas velas,
y un blues oscuro para ti, 
y un réquiem por lo nuestro, y un bolero por las calles de Madrid,
y un no quiero verte por aquí,
me quedo con recuerdos, que no duelen y no ensucian lo mejor de mí.
y un trago por el rock and roll,
por todo nuestro exceso, por el humo entre los besos de rincón,
y te llevo guardadita en mi cartera,
escondida entre mis notas, las guitarras y la perra,
te llevaste mis sudores, refugiado en tu trinchera,
y ahora nos quedan dolores, en barricas de madera.
 y rescoldo de otra era,
musa de todo lo turbio,
tesoro de mi entretela,
bourbon y tabaco rubio,
y una imagen en papel,
y una piel para contarlo,
cuando tienes que crecer,
recordar es necesario.


Adiós perra Drama. Me desabroché el cinturón, cogí la guitarra, y a casa. Quizá debí habérmelo vuelto a abrochar. Buenas noches.


















lunes, 17 de septiembre de 2012

Por qué no.

La barba de 4 días, aquella que algunas mujeres ven sexy, se había escondido detrás de una bara de 7 u 8 días. Caminaba como un señor, como el dueño del metro y de las aceras, como un cartel escrito en el alma que reza "no sabeis hasta que punto me la trae bien blanda todo". Y de repente entró ella en el vagón, con toda la elegancia y toda la timidez, con todo de todas y lo malo de las peores y lo bueno de una diosa y todo lo que te puede dar una somanta de ostias en la cara que te aturde y no te deja pensar en nada que no tenga que ver con ella y con tenerla, tenerla ahora, en este vagón de metro, subir su abrigo largo lo justo para bajar sus medias y fundirlo todo al ritmo. Y miró. Y sé bien que lo mas bonito que pudo ver de mí, detrás de una chupa arrugada unos vaqueros sucios y una barba, fue una cara de auténtico idiota que no sabe enlazar tres palabras si le miran. Y tendría razón, a las pruebas me remito.

Tuviste que nacer francesa,
y yo preso de una letra impresa,
fuiste la musa, 
yo el sabor del humo que tu boca impulsa,
a mi cabeza,
tuviste que nacer selecta,
yo tuve que morir para nacer y envejecer entre tus piernas,
naciste diosa,
haz que te odie, y que te adoren masas,
hazles saber que estás aquí para hacerme perder la calma,
solo una bala, 
una ruleta rusa con semiatumática,
y deja que me pose entre tus ramas,
vivir un drama,
palmar entre las palmas de tus armas,
y solo dime hola, antes de que llegue mi parada...

Por  supuesto no dijo un carajo. Buenas noches.