viernes, 15 de abril de 2011

Fábuhla

Aprendiendo a vivir solo en un mundo con tanta gente,
un niño a veces valiente, se encaminó a ningún sitio,
andaba por no pararse, a probar en cada ambiente,
sabiendo que aun rodeado, no lograba ver el sino,
pensando en que lo importante ya le importaba un comino,
lo vanal y vacuo siempre le pareció destructivo,
que bonitos tecnicismos para el débil de conciencia,
hacen la ley para ellos, y tendrán que arreglar cuentas,
pensó "camina o revienta", dale la vuelta y reinventa,
que gritos sonarán mudos, si dices palabras huecas,
cortaba las flores secas, para darles otra vida,
dependencia compasiva, pensaba con una mueca,
no le quedaban macetas, estaban llenas de flores,
de los mas bellos colores muertos y vivos que alegran,
para contarles las penas, tiritas a los dolores,
pensaba "no te demores", y sigue que todo llega,
y llegó la primavera, y con ella las orugas,
no eran nada las arrugas, medallas ante problemas,
ya vino la primavera, y se marcharon angustias,
las flores que estaban mustias, ahora brillan a decenas,
y el niño valiente a veces, descansaba sin quebrantos,
con otro punto de vista, las ve crecer desde abajo,
cuanto camino y trabajo, que prisas por hacer cosas,
los atajos solo quitan de andar de cerca de las rosas...

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