lunes, 14 de marzo de 2011

Lluvia.

En esa hora de la noche en que solo permanecen despiertos los que viven esperando, sonó. Era la lluvia en los cristales, gritos, agua y gritos y sirenas y el silencio. Para toda acción hay una reacción igual y opuesta, es inalienable. Imagino a la tierra como un armadillo lleno de insectos haciendo daño, y revolviéndose, como un baile cruel y perfecto de vida y muerte, reclamando su piel, pisando hormigas. Palabras al viento que el viento lleva a otros como cuchillas, y el mundo entero en cuclillas, hormigas, siempre hormigas. Siempre tan libres como grande sea la celda, siempre tan solos, cruel inteligencia contra el instinto de supervivencia. Templanza y saque contra palos y piedras, usamos las uñas de nuestra madre para coger su piel y hacer mierda.
Quiero que pese mas el lado de la balanza con cosas buenas. Apenas conscientes de nada y sin ninguna conciencia, arrogantes que no ven las consecuencias, y solamente dará la luz la esperanza y la paciencia. Doy gracias al cielo por una familia sana que se hace grande sin olvidar al pequeño, solo soy dueño los lamentos, y las sonrisas que me dan, las agradezco. Solo crezco como puedo, aun no sé si flor o no, pero juro que lo intento. Por todos nosotros, brindo, y que el tiempo, nos dé siempre un buen encuentro.

Buenas noches rose, Hombre de arena.

Fuiste fuerte una vez,
eras el niño piedra,
pero caricia a caricia,
el niño se hace hombre y la piedra se cuartea,
porque tormenta a tormenta,
el hombre se hace viejo y la piedra se hace arena,
y la arena vuela,
y si el viento para,
la arena libre,
es arena muerta,
Hombre de arena.

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