martes, 14 de septiembre de 2010

No quiero ser astronauta.

"Do it yourself". Hazlo tú mismo. No, no es un eslogan en apología de la masturbación ni la automedicación, era uno de los esloganes del rock de lo comienzos, cualquiera con una guitarra podía subirse a un escenario, y así lo hicieron, e hicieron maravillas, desde luego. Poder y responsabilidad, y parece que siempre nos han inculcado que es así. El mas estudioso de la clase nunca fue el mas listo, pero siempre acabó bien situado; el más gamberro nunca fue el mas tonto, pero seguramente nunca evolucionó, son principios de la vida.

Soy consciente de que cuando ahora me todo una aspirina si me duele la cabeza, fue por que algún empollón o sencillamente un tipo listo lo hizo posible con duro trabajo. Posiblemente un tipo al que nunca pagaron millones, pero tranquilos, ya los facturarán las empresas farmacéuticas. Puedo hacerme un empaste porque alguien estudió para poder hacermelo, y me gusta saber que cada uno, con el tiempo estaremos en nuestro lugar, sin excepción. Durante años hemos oído las voces de profesores y padres diciendo que tenemos mucho potencial desperdiciado, que somos listos, que con interés lo tendríamos todo hecho. Y una mierda. Ahora les saco cabezas suficientes para responder un par de cosas a esos profesores, un manifiesto en apología de realización personal contra la realicación establecida.

No quiero inventar la vacuna contra el cáncer, pero deseo que se invente, no quiero pisar la luna, no quiero hacer esos grandes logros que nos cuenta la historia. Porque los logros de cada uno son lo que nos llevaremos al mas allá con nosotros, sin duda.

Una vez, creo que se llamaba Ana Otero, mi profesora de lengua, debía ser de sexto grado, estaba dictando apuntes mientras yo dibujaba penes en los margenes de un libro de texto, cuando me dijo, -Buho, ¿que dibujas? ven aquí y enseñamelo- Así que me levanté a enseñarle mis penes:

-Por favor dile a tus compañeros qué has dibujado.
-Pollas.
-Te resultan graciosos los penes.
[...]-si
-No agradeces la educación que estás recibiendo.
-Vale.

Ese año fue el último que la ví. Me aprobó con un suficiente y un gesto de "sé que te has tocado los penes todo el curso". Que la den, siempre me cayó genial.

En fin, mis metas son leves para ciclistas, etnólogos y notarios, supongo, pero deseo querer, ser querido, y llevarme un buen recuerdo del sueño mas largo del mundo, la vida. Y cuanto mas mejoro, mejor trato a los demás, mejor me van las cosas, y la meta va siendo siempre un paso adelante de mí. Así nunca se alcanza, pero siempre, siempre, mejorará.

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